Dicho restaurante debe su nombre al apretón de manos que se darían los gobernantes Obama y Castro en el funeral del destacado luchador sudafricano Nelson Mandela.
"Con este restaurante demostramos que todo es posible compañeros, señoras y señores. Porque después de ese apretón de manos se hizo posible el milagro de que nuestros dos países comenzaran a negociar un futuro mejor para nuestros pueblos. Viva Cuba, Vivan los Estados Unidos, Viva el Papa!", dijo un emocionado Díaz-Canel, mientras un torrencial aguacero interrumpía el evento y los participantes, refugiándose en las áreas aledañas a la instalación, luchaban una mesa.
El lujuso restaurante cobrará sus ofertas en CUC y tendrá como clientes, en sus inicios, a los parientes de Obama radicados en Cuba y a los miembros del Comité Central, así como a los antiguos trabajadores de la todavía Oficina de Intereses.
Reportó desde la Habana Cuba Roberto Fariñas, (primo del disidente que está por quedarse sin pincha)